EN SUS PRIMEROS
80 AÑOS DE VIDA
Proponen
homenajear al colectivo
24/09/2008
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En el día de
hoy se cumplen 80 años del histórico viaje inaugural del
primer colectivo (un invento argentino nacido en Floresta)
realizado desde la esquina de Lacarra y la Av. Rivadavia
hasta el barrio de Caballito. Lo novedoso del servicio
ofrecido consistía en que, gozando de la comodidad de un
taxímetro, los usuarios sólo pagaban el equivalente a la
quinta parte de un viaje en taxi. La idea nació de un grupo
de choferes que, preocupados por la merma de su trabajo, se
reunían a cabilar en un bar de Carrasco y Rivadavia. La
Legislatura Porteña propone realizar un acto de
reconocimiento.
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La Legislatura
de la Ciudad de Buenos Aires dispondría la realización de un
acto homenaje con motivo de cumplirse los primeros 80 años
del colectivo. El proyecto presentado por el bloque de
Diálogo por Buenos Aires incluye la exhibición de un corto
sobre la historia del colectivo y palabras alusivas a la
fecha. |
También se entregaría
una plaqueta conmemorativa al Sr. José Carlos Piva por su
dilatada trayectoria dentro del mundo del transporte de
pasajeros. También se habilitaría una exposición de fotos,
dibujos y/o viñetas relacionadas con la historia del
colectivo en el hall de honor de la Legislatura.
Fundamentos del
Proyecto de Resolución
Corría el año 1928 y
mientras la población crecía Buenos Aires comenzaba a tener
problemas con el sistema del transporte que era brindado por
tranvías, subtes, ómnibus que recorrían grandes distancias,
y los taxis. Éstos últimos ofrecían un buen servicio, pero
los costos del viaje eran elevados, por lo que los choferes
solían circular por las arterias céntricas sin levantar
pasajeros.
Esta circunstancia
motivó la congregación de un grupo de taxistas: Manuel
Rosendo Pazos (el argentino a quien se atribuye la
iniciativa del emprendimiento), José García Gálvez, Pedro
Echegaray, Felipe Quintana, Lorenzo Forte, Rogelio Fernández
y Aristóbulo Bianchetti, entre otros, quienes reunidos en el
café “La Montaña” (un local ya desaparecido ubicado en
Avenida Rivadavia y Carrasco), ultimaron los detalles de la
puesta en funcionamiento del nuevo servicio público: el
auto-colectivo.
La experiencia de
algunos de ellos sirvió para iniciar el proyecto: los fines
de semana salían desde puntos clave de la ciudad
transportando en sus taxis a unas seis personas, a quienes
se les cobraba un monto sustancialmente menor al que se
cobraba en los viajes individuales. Pese a la resistencia
inicial de la Municipalidad, que prohibía el uso colectivo
de taxis, el 25 de septiembre de 1928, el primer
autocolectivo unió “vacío” Primera Junta con Rivadavia y
Lacarra, pero regresó con varios pasajeros que se
predispusieron a compartir el viaje. Durante las tres
semanas posteriores ciento ochenta dueños de coches se
fusionaron a través de una empresa a la que denominaron
“Primera”.
En las distintas
cabeceras, estas rutas eran anunciadas a voz en cuello por
voceros que daban a conocer el precio y el itinerario de ese
nuevo y casi revolucionario servicio. A la vez carteles
indicadores colocados en la parte superior de las unidades
reforzaban los anuncios. Uno muy sugestivo decía “Hasta
CORRO por 0,20”, por supuesto que se refería a la esquina de
Rivadavia y Corro, desde donde comenzó a circular la primera
línea.
El tradicional filete
porteño fue uno de los símbolos distintivos del colectivo,
junto con la figura de Carlos Gardel y un par de escarpines,
que constituían un clásico de los espejos retrovisores de
casi todas las unidades que reemplazaron posteriormente a
los primitivos autos de alquiler. Cabe recordar que éstos
siempre estuvieron en manos de verdaderos hombres de lucha
que fueron fieles a la conmemoración del 1º de Mayo, la
causa de la República Española y que luego en forma denodada
resistieron a la Corporación de los Transportes, compañía
inglesa con fines monopólicos, resultante de la aplicación
del Pacto Roca-Runciman. En esta batalla insuficientemente
recordada en nuestros días, los colectiveros recibieron el
apoyo entre otros, de Raúl Scalabrini Ortiz, Alfredo L.
Palacios, Hipólito Yrigoyen y Arturo Frondizi.
José Carlos Piva es un
símbolo de los pioneros del colectivo porteño y activo
dirigente de las empresas, sus componentes e instituciones,
como un notable representante del empresariado nacional. A
título ilustrativo, Piva fue por largos años Secretario
General de la Federación de Líneas de Colectivos,
posteriormente devenida en Cámara Empresaria de
Autotransporte de Pasajeros. Presidió la Federación
Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (FATAP).
También presidió la Confederación del Comercio de la
República Argentina. Asimismo, fue titular de la Asociación
de Prestadores Sociales (APS), obra social de la CGE.
Le tocó a Piva
encabezar distintas misiones comerciales en varios países,
siempre representando a la República Argentina. La más
recordada seguramente será la de 1974, cuando concurrió a La
Habana como representante de la Confederación General
Económica, encabezando la delegación nacional, que va a
romper el bloqueo comercial a la República de Cuba.
En la actualidad es el
presidente de la Obra Social del Personal de Dirección
Acción Social de Empresarios, entidad sin fines de lucro
dedicada al cuidado de la salud de sus afiliados.
Un encuentro en un café
porteño, un grupo de taxistas buscándole una vuelta a la
inestabilidad de su trabajo, una idea en una servilleta de
papel. Un invento que recorre el mundo entero. Es para
aquellos iniciadores del transporte colectivo este homenaje
que creemos absolutamente merecido.
Han colaborado en la
elaboración de este proyecto los historiadores Aníbal
Trasmonte, Sergio Ruiz Díaz y Alejandro Scartaccini, quienes
editaron los fascículos “El auto colectivo”, primera reseña
histórica del transporte de personas por automotor.
Por todo lo expuesto
aspiramos a la pronta aprobación de esta iniciativa.
Fuente:
Boletín de la Legislatura de la Cdad. de Bs. As.