LA AMENAZA DE
LAS DEMOLICIONES SOBREVUELA EL BARRIO
El patrimonio
sigue desprotegido
16/09/2008
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El 14 de diciembre del
2007 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó la
Ley nº 2548 que establecía un procedimiento especial de
protección patrimonial para determinadas propiedades
públicas y privadas frente a la amenaza de las demoliciones.
A la fecha la citada ley no ha sido reglamentada, por lo
cual, la protección de las construcciones antiguas pasó a
ser un hecho puramente teórico. En nuestro barrio ya han
surgido acciones de vecinos que buscan llamar la atención al
respecto. Recordemos las marchas realizadas hacia fines de
julio y a mediados de agosto. La casona de Bacacay y San
Nicolás reclama nuestra urgente atención.
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Numerosas
consultas planteadas por vecinos en la Defensoría del Pueblo
de la Ciudad de Buenos Aires manifiestan su preocupación por
la amenaza que sufren una serie de edificios representativos
de la arquitectura de la ciudad que, como consecuencia del
auge inmobiliario, corren el riesgo de su demolición para
dar paso a la "modernidad". |
Al respecto, el gobierno
porteño aún no reglamentó la
Ley nº 2548 donde se
establece un procedimiento
especial de protección
patrimonial para
determinadas propiedades
públicas y privadas.
Asimismo en una declaración
periodística publicada en un
matutino porteño, Josefina
Delgado, a cargo de la
Subsecretaría de Patrimonio
Cultural de la Ciudad,
señaló que todavía no fueron
catalogados los edificios
que no se pueden demoler.
A raíz de esta
preocupante situación y considerando que una de las
facultades de las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires
es fijar las políticas medioambientales y culturales que
garanticen la preservación del patrimonio urbanístico y
arquitectónico, la Defensoría del Pueblo recomienda al
Gobierno de la Ciudad que tome todas las medidas que
correspondan para resguardar el patrimonio urbano y
actualice el inventario de “Edificios Representativos”,
cuyas características arquitectónicas permitan catalogarlos
como patrimonio cultural y natural de nuestra ciudad.
Protejamos a la
casona
La inacción a que hace
referencia la Defensoría está a punto de cobrarse una nueva
víctima en nuestro barrio. En efecto, la hermosa casona
ubicada en Bacacay 3601 (esquina San Nicolás) ha sido
comprada según nuestras fuentes por Rubén Maleh,
un conocido comerciante
textil de la zona, quien piensa construir en su lugar diez
locales comerciales de cortina metálica a la calle.

La casona está
compuesta de once ambientes, que podrían perfectamente
adaptarse a la nueva función comercial.
La
construcción es obra del Arq. Alemán Johansen. Fue
construida a principios de 1920.
Carlos Davis
Fuente: Infociudad
- Eugenio G. Sampaolo
Un problema que
crece
Hoy en toda la ciudad
se debate el boom de la construcción para hacer torres y el
crecimiento anárquico de Buenos Aires, sin ningún plan
maestro estratégico que equilibre intereses diversos y
muchas veces enfrentados. Y Floresta es uno de los barrios
que mas está sufriendo, a una velocidad increíble, una
versión propia de este fenómeno.
Es el problema del
crecimiento del Polo Textil que, teniendo como columna
vertebral a la avenida Avellaneda, hoy ya ocupa un radio
cercano al kilómetro cuadrado. La consecuencia inmediata de
este boom comercial, es la demolición masiva de las
características casonas de principios del siglo pasado que
el polo textil está tirando abajo para hacer locales y
talleres-locales. Y buena parte de lo que hoy se tira abajo
son esas últimas casonas hijas de una concepción de la
arquitectura ya perdida, de estilo italiano o mixturadas en
Art Nouveau o Art Decó, con herrajes artesanales imposibles
de realizar hoy, al igual que sus enormes puertas llenas de
arabescos y detalles.

Bogotá
al 3600 - Marzo del 2007
Puede el futuro depararle a
este viejo barrio
residencial un destino de
cubos lisos con cortina sin
identidad ni valor estético
alguno para el espacio
público, sino solo para los
interesados inmediatos?.

Bogotá
al 3600 - Agosto del 2007
El espacio público es el
ámbito donde nos encontramos
y llevamos a cabo buena
parte de nuestras vidas. La
belleza de las fachadas,
como cualquier paisaje, hace
a la armonía de un barrio y
sus habitantes, aunque las
casas solo sean de sus
propietarios. Pero los
frentes de las viviendas
tienen impacto en la vida de
todos. Floresta todavía
tiene partes hermosas y
tranquilas, con cielos
amplios, casonas y jardines,
zonas privilegiadas en una
ciudad cada vez mas
esquizofrénica y estresada.
Estas zonas, codiciadas por
quienes ven en ellas solo
lotes para demoler y
construir locales y
edificios, le dan a la
comunidad algo difícil de
medir en dinero, pero no en
bienestar: una calidad de
vida. Un barrio de ritmo
“tranquilo”, que se deja
caminar. No es poco.
Sebastián Linardi
Vecino de Floresta