RESTITUYEN EL
BUSTO DE HILARIO LAGOS COMO PARTE DE LOS FESTEJOS
El día de
Parque Avellaneda
02/03/2008
- El lunes 3 de
marzo se festejará el día del barrio Parque Avellaneda en
conmemoración a la fecha en que se fundó la Hermandad de la
Santa Caridad en el lugar que hoy ocupa esta popular
barriada. Como parte de los festejos se restituirá el busto
del Coronel Hilario Lagos, quien acampara con sus ejércitos
en la chacra durante el sitio de Buenos Aires ocurrido en el
año 1852. La escultura fue donada en el año 1975 a la
Escuela de Aprendices Manuel Belgrano que funcionaba en la
Casona de los Olivera, siendo retirada del lugar a causa de
las tareas de restauración de la Chacra de Los Remedios, en
el año 1999. El acto tendrá lugar a las 17 horas.
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Es útil
remarcar que el día del barrio Parque Avellaneda fue
instituido recién en noviembre del 2006 por la Legislatura
porteña, y que la fecha elegida (3 de marzo) responde a que
en ese día del año 1727 fue fundada la "Hermandad de la
Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo", entidad
precursora dentro de la historia barrial. |
Con referencia a las
características del barrio,
a sus instituciones, a su
historia, a sus vivencias y
sensaciones, creemos que es
útil realizar una síntesis
de un texto que nos enviaran
el año pasado nuestros
vecinos
Roberto H. González Táboas y
Fabio Oliva.
Parque
Avellaneda es un barrio de configuración sencilla. Tiene al
parque en el centro, con su esquina central (Directorio y
Lacarra) y tres centros comerciales en su periferia
(Escalada y Directorio, Escalada y Av. Eva Perón, Mariano
Acosta y Av. Eva Perón) más dos corredores comerciales
paralelos (J. B. Alberdi y Av. Eva Perón) y repartidos
equilibradamente en los cuatro sectores que rodean al
parque: Una decena de escuelas primarias, 3 bibliotecas
populares, 4 asociaciones vecinales o sociedades de fomento
históricas, 1 Junta de Historia, 5 clubes deportivos o
sociales y culturales, 5 parroquias más 2 capillas
católicas, 13 templos evangélicos, incluido el de la
comunidad gitana, y el salón de los Testigos de Jehová, dos
sectores de monobloques con amplios espacios verdes
circundantes: el que está frente al parque, conocido como el
sub-barrio Alvear, constituido por varios sectores de
diversa antigüedad entre Lacarra y Olivera, y el Nágera,
tras la Autopista Dellepiane, donde hoy se construye un
nuevo complejo de viviendas. Y sobre Escalada a una cuadra
de Directorio, una pequeña agrupación de casas de estilo muy
especial: el sub-barrio Mihanovich,.
Ser de
Parque Avellaneda es disfrutar de las noches más frescas del
verano porteño y de la más variada música del amanecer de la
ciudad interpretada por zorzales, calandrias, chingolos,
cotorras, gorriones, bichofeos, ratuchas, gorriones,
tortolitas y palomas, cotorras y catitas, urracas y
chimangos.
Parque
Avellaneda es un barrio de gente sencilla y parejita, "a la
que le gusta ser común", como son en general los vecinos del
oeste y los barrios circundantes. Es decir no tienen ni
aspiran a tener el “aire” y la sofisticación de los de zona
Norte y tampoco hay grandes contrastes. Tenemos sí nuestra
villa pero no hay un sector "distinguido", de viviendas
suntuosas, en todo el barrio. Ha marcado al barrio la
llegada recurrente, en distintos flujos, de inmigrantes que
le fueron dando su fisonomía. Al principio fueron españoles
e italianos (hornos de ladrillo y pequeños talleres
familiares), luego gente del interior, paraguayos y
bolivianos (mano de obra con asiento en la Villa Cildañez) y
en la actualidad una nueva oleada de bolivianos que compra o
alquila propiedades. Todos compartimos pacíficamente las
góndolas del supermercado, el verde y las atracciones del
parque y la tranquila vecindad.
Nuestro
Barrio es un barrio "nuevo". No tiene Instituciones pesadas
o sobredimensionadas, no ha habido caudillos históricos o
punteros políticos importantes ni hay personajes o figurones
“representativos” del barrio. Por eso no se siente el paso
de los años como un peso conflictivo. Su nombre no está
atado al nombre de un club o de una hinchada. Tampoco hay
sectores abandonados o en decadencia que perdieron su
antiguo esplendor. Aunque sí, tenemos nuestra villa: la
Villa 6, Cildañez. Como un desafío, una realidad a encarar y
transformar.
Todavía,
aunque se avanzó muchísimo, falta que mucha gente, muchos
vecinos, se consideren “de Parque Avellaneda”. Quizá haga
más difícil esta identificación, además del desconocimiento
de su historia, la falta de un "contrapunto" por alguna
cuestión con los barrios vecinos. Además, urbanística o
paisajísticamente hablando, las transiciones de Parque
Avellaneda a Mataderos, de Parque Avellaneda a Flores, de
Parque Avellaneda a Floresta son muy graduales. Sus
deslindes no son ni importantes arterias ni abruptos
accidentes geográficos. De Parque Avellaneda a Lugano /
Soldati, por el contrario, hay como un corte que producen la
autopista Dellepiane y los vacíos de los antiguos bañados.
Parque
Avellaneda tiene raíces sanas y progresistas concentradas en
la historia del Parque: La Chácara de la Huérfanas
relacionada con la prestigiosa y eficiente Hermandad de la
Caridad de la época de la Colonia, la Estancia de los
Remedios de los Olivera quienes en el tiempo de su posesión
de la chacra no la redujeron a un puro negocio particular
sino que la inscribieron como un capítulo valioso del
progreso de las actividades rurales, la Escuela de Niños
Débiles instalada por la cesión de un espacio en la estancia
de los Olivera y la 1ª Colonia de Vacaciones para Niños
Débiles creación de un respetado concejal socialista, Don
Antonio Zaccagnini, el Parque como espacio de juego,
deporte, recreación, educación, viveros y salud con la
impronta innovadora de Benito Carrasco por el que discurre
el tradicional Trencito que hoy sale de la Estación Onelli,
homenaje a quién también dejó su sello emprendedor unido a
la memoria de la leche con vainillas en el Antiguo Tambo. Es
hermoso vivir en un lugar donde pasaron tantas cosas buenas
e importantes y muy pocas malas, porque algunas hubo, como
el daño producido por la autopista fragmentando el barrio y
generando una línea de problemas urbanos a sus lados, o la
época del abandono y deterioro del parque que aun persiste
en el sector del polideportivo,
Hoy,
Parque Avellaneda tiene el sello de la innovación y la
participación y está siendo observado con atención por los
vecinos de otros espacios verdes de la ciudad y el
conurbano. En ningún lado, solo aquí, los vecinos, parados
como ciudadanos libres dispuestos a hacerse cargo de su
destino, han logrado sentarse a la Mesa de las Decisiones
para hacer junto al Gobierno, el que sea, el barrio que
ellos quieren. Empezando por el parque que es su corazón y
su núcleo simbólico y significativo
Ser de
Parque Avellaneda, en fin, es tener el orgullo, la ventaja y
el desafío de estar en un lugar "que estamos haciendo".
Parque
Avellaneda, realidad palpable, no es una promesa vana. Es un
mensaje cierto y transparente de esperanza para la Argentina
toda.
No nos
movilizan sólo los problemas, sino, y principalmente,
nuestras aspiraciones, el reconocimiento de nuestras
potencialidades, nuestros deseos, nuestros sueños.
Por eso
decimos para terminar que ser de Parque Avellaneda es ser de
un lugar en el que se puede soñar un sueño y hacerlo
realidad.