El tren sería por lo tanto
un subterráneo, y los
terrenos que quedaran libres
por sobre el túnel pasarían
a formar parte de un
formidable espacio verde
conocido con el nombre de
corredor verde del oeste.
La obra fue originalmente
anunciada por Aníbal Ibarra
el 15 de agosto de 2001,
marcando una revolución
desde el aspecto urbanístico
ya que se ganaba una
superficie verde de 75
hectáreas, generándose un
colosal pulmón que
atravesaría la ciudad.
Técnicamente, los terrenos
por los que circulan los
ferrocarriles son de la
nación, aunque los mismos
puedan estar ubicados sobre
la ciudad de Buenos Aires o
a través de la provincia,
razón por la cual parte del
financiamiento de la obra le
corresponde al estado
nacional y el resto a los
estados municipales que se
verían beneficiados por la
obra.
Según un informe elaborado
por Trenes de Buenos Aires (TBA),
concesionario del Sarmiento,
desde el 2005 se constataron
más de mil muertes, tanto en
pasos habilitados como
clandestinos. El mismo
informe señaló que hubo
12.401 trenes atrasados,
10.354 cancelados y 923
horas con servicio
interrumpido desde el mismo
año.
Con las obras terminadas, se
supone que habrá un servicio
cada tres minutos y un lapso
de 45 minutos en el viaje
entre cabeceras, contra la
situación actual de un tren
cada ocho minutos y una hora
de viaje entre Once y
Moreno.
A mediados de enero pasado
se había anunciado la
adjudicación de las obras de
soterramiento por medio de
un acto que contó con la
presencia de la Presidenta
Cristina Kirchner, del
gobernador bonaerense,
Daniel Scioli; del jefe de
gobierno porteño, Mauricio
Macri; del ministro de
Planificación Federal, Julio
De Vido; y del secretario de
Transporte, Ricardo Jaime.
De acuerdo a lo anunciado,
las obras de la primera
etapa (Caballito -
Ciudadela) deberían
concluirse en el término de
36 meses.
Carlos Davis