Nacida en 1935 en
Won San, Yun Shin fue la tercera mujer de su país en
graduarse en la carrera de artes en la Universidad
Hongik de Seúl, con tan sólo 24 años, y estudió en la
Escuela Nacional Superior de Bellas Artes en París entre
1964 y 1969, pero fue recién en 1984 que decidió
establecerse en la Argentina, aunque nunca dejó de
exponer su obra en el mundo, especialmente en su Corea
natal.
Las obras están
agrupadas, en las salas del museo, en base a las
diferentes series que Yun Shin realizó a lo largo de su
carrera y que se relacionan siempre con una búsqueda
espiritual, como las series "La comunión de dos para la
unidad", "La creación de Dios" o "El alma sonora", entre
otras.
"En un momento de
mi vida comencé a tener el hábito de vaciarme de todo
tipo de preocupaciones al iniciar mis obras. Después de
varios días de contemplar troncos en el suelo, con un
corazón puro y vacío de pensamientos floreció la
inspiración para convertirlos en un material cálido,
vigoroso y a la vez suave", señala Yun Shin, desde las
paredes de su museo.
En la Argentina, la
artista decidió trabajar con el palo santo, el quebracho
y el algarrobo para dar forma a sus esculturas donde las
formas básicas del volumen se tornan monumentales, para
luego indagar en la piedra y poco después en la pintura,
donde el color se apodera del trabajo y donde consigue
sumergir al espectador en la resonancia espiritual
emitida por sus obras.
De manera
permanente, la artista estudió la filosofía del budismo
y el totemismo "de done tomé su inspiración. Yo creo en
algo que todo lo controla y sigo esa inspiración, que es
Dios, y eso siempre está cuando pinto y por eso lo busco
en mis pinturas. Intento expresar el deseo del hombre
hacia lo absoluto", explicó. "Mi espíritu se vuelca en
cada tronco, en cada obra, entonces quedo sumergida en
ella. Es el momento en que los instrumentos forman parte
de mi cuerpo y construyo mi propio lenguaje plástico,
armonizado por los cortes y las líneas variadas que
aparecen en ellos, más allá del tiempo y del espacio",
apunta.
Según Kim Yun Shin,
"en los grabados trabajé partiendo de la filosofía del
budismo que intenta alejar a las desventuras y malos
espíritus mediante la exposición de las hojas de letras
rojas desfiguradas y en las obras posteriores, expresé
el corazón que desea llegar al cielo por medio del corte
absoluto diagonal".
La artista compara
su trabajo con "un clima de oración" donde dialoga con
"el absoluto y está libre de pensamientos
preconcebidos", "como expresión de la comunión del
universo con la naturaleza".
Para Kim Yun Shin,
"la inspiración es la misma aunque cambie el soporte, ya
sea pintura o escultura: cuando corto una madera para
hacer una escultura la pienso de manera tridimensional,
y cuando empiezo a pintar, me ocurre lo mismo, ese corte
tridimensional también lo veo en la pintura", apuntó. Se
trata de obras para observar en detalle y en donde
detener no sólo la mirada sino también el espíritu, tal
como lo ofrece Kim Yun Shin.
El Museo de Bellas
Artes, que además propone ser un puente de intercambio
entre Argentina y Corea para seguir reforzando los lazos
creados por la artista desde su llegada al país, está
ubicado en Felipe Vallese 2945, y se puede visitar los
jueves, viernes y sábados de 14 a 19 (llamando al
4612-0583 // 4619-1376 - www.museokimyunshin.com).
Carlos Davis
Fuente:
TELAM - Web Site de Kim Yun Shin