LEY N° 2.375
Se denomina al mes de agosto
de 2007 como mes de los
"Ferrocarriles Argentinos"
Buenos Aires, 5 de julio de
2007.
La Legislatura de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
sanciona con fuerza de Ley:
Artículo 1° - Denomínese al
mes de agosto de 2007 como
mes de los "Ferrocarriles
Argentinos" en el ámbito de
la C.A.B.A. al conmemorarse
el 150 (ciento cincuenta)
aniversario del viaje
inaugural de la Locomotora
"La Porteña".
Artículo 2° - Encomiéndese
al Ministerio de Educación
la planificación del dictado
de clases especiales,
durante el mes de agosto de
2007, en las escuelas
dependientes del Gobierno de
la Ciudad de Buenos Aires,
sobre la Historia de los
Ferrocarriles Argentinos.
Artículo 3° - El Ministerio
de Cultura organizará los
festejos y homenajes,
durante el mes de agosto de
2007, correspondientes al
recordatorio objeto de la
presente ley, en los barrios
involucrados en la
trayectoria inaugural de La
Porteña. Artículo 4° -
Comuníquese, etc. de Estrada
- Bello
DECRETO N° 1.107
Buenos Aires, 3 de agosto de
2007.
En uso de las facultades
conferidas por el artículo
102 de la Constitución de la
Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, promúlgase la Ley N°
2.375 sancionada por la
Legislatura de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires el
5 de julio de 2007. Dése al
Registro, gírese copia a la
Secretaría Parlamentaria del
citado cuerpo por intermedio
de la Dirección General de
Coordinación de Asuntos
Legislativos; publíquese en
el Boletín Oficial de la
Ciudad de Buenos Aires; y
remítase para su
conocimiento y demás efectos
al Ministerio de Educación.
El presente decreto es
refrendado por las señoras
Ministras de Educación y de
Cultura. TELERMAN - Clement
- Fajre
CONSIDERANDOS
El progreso llegó por las
vías del ferrocarril en 1857
cuando se realizó el primer
viaje entre la estación del
Parque y el actual barrio de
Floresta, en Buenos Aires.
“La Porteña” fue la
locomotora que condujo el
convoy. Una multitud se dio
cita en la plaza del Parque
(hoy, plaza Lavalle) de la
ciudad de Buenos Aires, el
30 de agosto de 1857. Aunque
algunas versiones sostienen
el día 29, mantenemos al 30
(Día del ferroviario)
Era un sábado luminoso; el
sol realzaba los adornos
dispuestos en la estación
del Parque, y entre los
presentes era generalizada
la sensación de estar
presenciando un momento
histórico. El estridente
sonido del silbato de la
locomotora, bautizada “La
Porteña”, anunció al público
que era inminente la
partida. El primer tren que
circuló en la Argentina
comenzó a rodar entre los
vítores y los aplausos de la
multitud, que se agolpaba a
lo largo de las vías.
Poco después llegaba al
final del recorrido, y todo
el pueblo de La Floresta se
reunió en la estación para
dar la bienvenida al tren y
celebrar el acontecimiento.
Los trabajos para permitir
la circulación del primer
tren en nuestro país habían
comenzado mucho antes. En
los primeros meses de 1855
llegaron técnicos y
operarios desde Europa para
construir las vías.
Rápidamente se iniciaron las
obras, pero distintos
inconvenientes fueron
dilatando los plazos
previstos.
Según el contrato firmado,
el ferrocarril debía
inaugurarse en enero de
1857, pero las intensas
lluvias de ese verano
dañaron los terraplenes, y
frustraron una y otra vez
las expectativas despertadas
por el proyecto. Finalmente,
en agosto la obra quedó
concluida. El viaje
experimental del primer
convoy, formado por la
locomotora “La Porteña” y
dos coches -en los que
viajaban algunos pasajeros-,
cubrió el trayecto de ida
sin inconvenientes, pero se
produjo un accidente en el
viaje de retorno. El
maquinista quiso imprimirle
mayor velocidad al tren y
alcanzó las 25 millas por
hora, una velocidad fabulosa
para la época. Pero las vías
no estaban preparadas para
tamaña exigencia: la
locomotora descarriló y
quedó dañado un tramo de 80
metros
Los viajeros, entre los que
se encontraban accionistas
de la empresa ferroviaria,
sufrieron algunas
contusiones, pero se
juramentaron para mantener
en secreto el incidente; no
querían que el público se
alarmara. Los técnicos
realizaron las obras
necesarias para garantizar
que nada semejante se
produjera, y el 27 de agosto
se realizó un nuevo ensayo
en privado. Esta vez el
éxito coronó los esfuerzos,
por lo que se acordó que dos
días después se realizara el
viaje inaugural oficial.
El tren conducido por “La
Porteña” recorrió unos 10
kilómetros. No fue mucha la
distancia, pero marcó el
inicio de una actividad que
alcanzó notable desarrollo,
fue el motor del progreso
argentino durante la mitad
del siglo XX y declinó en la
última década de la
centuria.
La Porteña y La Argentina
fueron compradas por la
Sociedad Caminos de Fierro
para ser las que condujeran
las formaciones
ferroviarias, sin mediar la
guerra, ni otro tipo de
problemas. Hay grabados de
la época con La Porteña
llevando a las primeras
figuras del gobierno, entre
ellos Vélez Sarlfield,
Barros Pozos, Bartolomé
Mitre, Pastor Obligado,
gobernador de la Provincia
de Buenos Aires, Felipe
Lavallol y Valentín Alsina
entre otros.
Las principales figuras
parecen haber viajado en el
tren que era remolcado por
La Porteña, por otro lado
ambas locomotoras fueron
bendecidas primero y, luego,
recién se inicia el viaje
inaugural.
En la versión de Historia de
los Ferrocarriles
Argentinos, figura que La
Porteña llevaba el número
uno. Además, de las
referencias periodísticas y
las inclinaciones
autonomistas del diario de
la época 'La Tribuna',
pueden haber inducido a
priorizar y colocar a La
Porteña como primera
locomotora, esta versión
puede ser materia de
discusión. Pero lo cierto es
que, los miembros de la
Sociedad, ya en 1854, piden
al gobierno de Buenos Aires
que utilice tracción a
sangre porque los caballos
eran más económicos y había
importante cantidad de
ellos.
El costo de las locomotoras
rebasaba las expectativas,
ya que el beneficio que
depararían las suscripciones
no era el esperado. La
historia de esta locomotora
está llena de historias,
mitos y conjeturas, La
Porteña luce en el Museo de
Luján, cubrió todo el
espacio ferroviario hasta
1890. Hoy es una testigo
muda de aquel progreso y de
esta perversa realidad (sin
olvidar los tiempos en que
los ferrocarriles eran
planificados conforme a los
intereses del imperio
británico) la de los
ferrocarriles, sus
trabajadores, los pueblos
casi desaparecidos, como
resultado de las políticas
de desguase del estado.
En la esperanza de reflotar
políticas nacionales y
populares que vuelva a
jerarquizar economías
esenciales es que recordamos
el hecho pionero,
solicitando al cuerpo la
aprobación del presente
proyecto de Ley.