Gabino, como todos los
juglares del pueblo, murió
pobre, en su vieja casa de
Floresta, allá por 1916,
cuando orillaba los 59 años.
Por lo dicho resulta
comprensible que el pueblo
de la ciudad de Buenos Aires
quiera rendirle homenaje a
través de este proyecto de
resolución:
Artículo 1°.- El
Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
procederá a colocar una
placa de bronce de 0,40 por
0,60 m en el frente del
predio de la calle Azul 92
en homenaje a Gabino EZEIZA
con el siguiente texto:
Aquí vivió y murió un
artista comprometido y
consecuente con sus ideales
GABINO EZEIZA el más grande
payador porteño
Homenaje de la Legislatura
de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires en el 61º
aniversario de su
fallecimiento 12 de Octubre
de 2007
Artículo 3°.- Los
gastos que demande el
cumplimiento del presente
serán imputados a la partida
presupuestaria
correspondiente
Artículo 4°.-
Comuníquese, etc.-
Fotografía gentileza d
el
Sr. Eduardo Quinteros. Fue obtenida
el 8 de Julio de 1916 (poco tiempo
antes de la muerte de Gabino
acaecida el 12 de octubre) en
Justiniano Posse provincia de
Córdoba. A la izquierda de Gabino
aparece Salvador Quinteros, primer
agricultor criollo de la zona, y a
su derecha la Sra. Juana Paredes de
Quinteros, nacida en 1816 en Villa
de Soto, Pcia de Córdoba .
Fundamentos
“Buenos Aires de mi amor
¡Oh, ciudad donde he nacido!
No me arrojes al olvido
Yo, que he sido tu cantor.
De mi guitarra el rumor
recogió en sus melodías,
recogió en sus melodías,
el recuerdo de otros días
que jamás van a volver,
los viejos cantos de ayer
que fueron las glorias
mías.”
El adiós de Gabino Ezeiza
Héctor Pedro
Blomberg
Señor Presidente:
Gabino Ezeiza, el más grande
payador porteño, nació en
Buenos Aires en el barrio de
San Telmo el 19 de febrero
de 1858. Su nombre completo
era Gabino Jacinto y como
curiosidad, en su fe de
bautismo asentada en la
Parroquia de la Concepción
el seis de abril de 1858, se
lo menciona como Gabino,
hijo legítimo de don Joaquín
Ezeiza de 38 años y doña
Joaquina García de 26 años,
domiciliados en la calle
Chacabuco 242.
Lo de Jacinto le viene por
su padrino, el Dr. Jacinto
Castelar y su primer nombre
por haber nacido el 19 de
febrero día de Gabino
Mártir. Provenía de un hogar
humilde y quedó huérfano de
padre muy chico, ya que éste
falleció en la Guerra del
Paraguay, lo que obligó a
Gabino a trabajar en
diversos oficios y
ocupaciones.
Desde muy temprana edad,
13/14 años –según Héctor
Pedro Blomberg-, se largó a
recorrer almacenes y
pulperías del barrio con la
primera guitarra que le
regaló don Pancho Luna,
pulpero del barrio del alto
San Telmo (aunque de esto no
existen antecedentes
documentados válidos y hasta
es posible que sea una de
las tantas leyendas tejidas
en su alrededor)
Eran los tiempos de la
aparición de la primera
parte del Martín Fierro y
aunque no faltaron biógrafos
que quisieron hacer
coincidir esta circunstancia
para fundamentar su
vocación, lo cierto es que
Gabino fue un payador
urbano, no rural, que nació
y se hizo en la ciudad.
Luego se casó con Petrona
Peñaloza descendiente del
Chacho Peñaloza, con quien
vivió siempre en la calle
Azul 92, en Floresta, hasta
su muerte ocurrida el 12 de
octubre de 1916. En el lugar
existe hoy una panadería que
se llama "Don Gabino" y una
placa de bronce que lo
recuerda.
Gabino vistió siempre con
cierto empaque señorial, muy
pulcro en su vestimenta,
impecable cuello duro y
ungüentos en los cabellos
para asentar las motas.
Asimiló muy rápido la
picardía de las calles y
boliches y desarrolló su
natural ingenio lo que le
permitió ser un artista
impar y a la vez un hombre
acción. Tenía una aptitud
estupenda para hacer versos,
los improvisaba en el
momento y como tenía un oído
perfecto para la medida, la
cadencia, y la rima, le
salían perfectos.
Gabino Ezeiza fue un artista
popular comprometido con la
realidad que le tocó vivir,
y consecuente con su ideario
político. Creyó también en
el progreso y entonó en los
cantones revolucionarios
cantando sobre las
injusticias sociales. Gabino
se embanderó desde 1868 en
el movimiento de Alem quien
en ese mismo año difundió el
manifiesto del “Club de la
Igualdad".
En 1880 participó en la
revolución de Tejedor
arengando con su canto a
nacionalistas y autonomistas
que, armas en mano, provocan
las primeras zozobras del
gobierno de Avellaneda que
se traslada a la ciudad de
Belgrano. Gabino participó
de algunos combates como los
de Puente Alsina, Barracas y
Tapiales.
La Revolución del Parque de
1890 lo encuentra militando
en las filas de Alem,
adhesión que le llevará a
sufrir la cárcel y
posteriormente el incendio
de su circo “Pabellón
Argentino”, que había
adquirido, según algunos
testimonios, gracias a un
golpe de suerte en la
lotería. Fue partícipe
también de los alzamientos
de 1893, y muchos años
después seguiría luciendo
con orgullo las medallas con
que lo distinguieron por su
lealtad el doctor Mariano
Candioti y el general Frías.
Creyó siempre en los
derechos de la ciudadanía y
no sintió ni cultivó el
nostálgico estilo que
utilizaban los payadores de
entonces, sino que por el
contrario se lo considera el
iniciador de la payada por
milonga (aunque tampoco hay
sobre esto ninguna certeza
documental.).
De esos años son sus
primeras composiciones
conocidas: La muerte de
Agapito, El remoto
extraordinario y El remate.
Ya en 1880 se había medida
con Nemesio Trejo con el que
volvió a medirse 4 años más
tarde en una función
benéfica a las víctimas de
la inundación que destruyó
Barracas. El diario La
Prensa del 21 de octubre de
1884 hizo la crónica de esta
payada que se realizó en la
Sociedad La Plata de la
calle Belgrano 222.
Fue en esta payada en que el
peso de la concurrencia hizo
ceder el tablado de las
galerías de la ochava
provocando un ruido sordo y
un gran tumulto, ante el
cual Gabino con toda
tranquilidad siguió
cantando:
Cuatro tablas que se han
roto
Ya cuando menos no es tanto
Guarden silencio señor
Que va a continuar el canto
Pero tal vez su contrapunto
más famoso lo sostuvo en
Paysandú (Uruguay, frente a
la costa entrerriana de
Colón) con el cantor
oriental Juan de Nava, (de
quien se dice que fue además
un gran bailarín de tango) y
que tenía ganada fama de
payador invencible. La
topada fue el 23 de julio de
1884 y conmemoración se
instituyó ese día, como
Día del Payador.
Mucho se ha escrito sobre
esta payada. No pocos
aseguran que en ella Gabino
improvisó el famoso Canto a
Paysandú, pero hay otras
versiones y en definitiva
ninguna pudo ser corroborada
fielmente.
Allá por 1900, llegó Gabino
a Dolores para dar un
recital de canto y guitarra,
ya que no existía
contrincante. Se le propuso
que cuando empezara a
improvisar, se proyectarían
diversas imágenes en una
pantalla de teatro con el
nuevo sistema de
proyecciones luminosas para
que él, que las vería junto
al público, las describiera
cantando. Gabino, sin
averiguar los motivos que
les serían expuestos, aceptó
y el éxito alcanzado fue de
tal magnitud que su
actuación, programada para
dos horas, duró más de
cuatro.
Otro ejemplo de su genial
repentismo, lo dio cuando el
caricaturista José María Cao
le exigió que payase sobre
el logaritmo: Ezeiza pidió
permiso, fue hasta la casa
de un profesor amigo para
asesorarse y volvió al rato
dispuesto a improvisar con
el nuevo conocimiento: (la
anécdota aparece publicada
en el diario La Prensa del
24 de junio de 1918 en un
artículo de Rodolfo Senet
titulado Cómo improvisaba
Gabino)
Señores, voy a explicar
la ciencia del logaritmo
si acierto a cantar al ritmo
de mi modesto payar.
Pongamos, para empezar,
dos progresiones enfrente
por diferencia y cociente
correspondiendo entre sí,
y ¡ahijuna! saldrá de aquí
un sistema sorprendente...
En esa lucha verbal del
contrapunto que es la
payada, Ezeiza se enfrentó
con José Betinotti en 1902,
en un circo que funcionaba
en Venezuela y Maza, del
barrio de Boedo. La justa
terminó convirtiendo a
Betinotti, que se iniciaba
entonces en el arte popular,
en discípulo de Gabino.
Manzi escribió para la
película El Ultimo Payador
unas décimas de contrapunto
para evocar este encuentro
entre Betinotti y Gabino, en
la que le hace decir a
aquél:
Lo digo de corazón
Y me anticipo al destino
Porque el pueblo en cien
caminos
Le guardará devoción.
Y siempre será Gabino
El bardo de nación
Gabino grabó discos, algunos
con acompañamiento en piano
de Manuel Campoamor, (el
célebre compositor del tango
La c…de la l…. adecentado
como "La cara de la luna").
Recopiló sus versos en el
folleto "Cantos a la
Patria".
Pero lo cierto es que no
sólo subsistió el “Saludo a
Paysandú”. También quedaron
“El silencio de las tumbas”,
“Él sabía”, “Mi caudal”,
“Ella”, y algunos episodios
históricos como “El combate
de San Lorenzo” y “Naufragio
de la “Rosales” que, al
igual que los poemas
citados, serían ampliamente
reproducidos en folletos.
También escribió por lo
menos dos piezas dramáticas:
“Lucía Miranda” y “El
cacique Mangoré”.
Gabino Ezeiza, como todos
los juglares del pueblo,
murió pobre, en su vieja
casa de Floresta, allá por
1916, cuando orillaba los 59
años, el mismo día que
asumía su primera
presidencia su gran amigo y
caudillo don Hipólito
Yrigoyen.
Hacía poco había improvisado
durante la campaña en un
comité radical:
Usted me propone un tema
que yo le cante a Yrigoyen.
Ese es mi tema querido
el que siempre a mí me oyen.
Yo que lo conozco tanto
digo que a su sentimiento
lo acompaña la honradez,
la probidad y el talento".
Por todo lo expuesto es que
solicitamos la aprobación
del presente proyecto de
Ley.