El problema de los talleres
clandestinios es evidente:
aquello que no se ve, que no
se declara, no existe
formalmente, razón por la
cual las leyes que regulan
el trabajo y dan derecho a
los trabajadores están
virtualmente incumplidas.
La Defensoría del Pueblo de
la Ciudad y el juzgado
federal del Dr. Norberto
Oyarbide tomaron
intervención en el hecho
tramitándose en la
actualidad una megacausa
contra la esclavitud y trata
de personas.
Durante el encuentro,
Gustavo Vera de la Unión de
Trabajadores Costureros "La
Alameda" sostuvo que “las
leyes están pero no se
cumplen” por lo que no hay
que hablar más de “vacío
legal como una excusa o un
justificativo”. Luego,
agregó que se debe entender
que esta realidad tiene
múltiples responsables: Por
caso, siempre según Vera,
“los controles de la Policía
sobre el trabajo a domicilio
no existen” porque “la
Policía recibe coimas de los
mismos tallleres”. Además,
mencionó el estado de las
distintas causas judiciales
abiertas, en muchas de las
cuales la Cooperativa que él
representa actúa como
querellante.
Más tarde, Pablo Bergel,
Director de Comunicaciones
del INTI comentó que el
organismo al que pertenece
“creó un instrumento
voluntario integrador y
diferenciador que es la
certificación”. Así, según
la propuesta del INTI, el
Gobierno de la Ciudad
“debería firmar un convenio
en el que se comprometa a
comprarle indumentaria
solamente a empresas
certificadas”.
Finalmente, el cierre estuve
a cargo de Torcuato Sozio,
referente de Empleo de la
Fundación Creer y Crecer,
quien prometió “la
continuidad del trabajo que
los distintos actores vienen
realizando a partir de
compartir que se trata de un
tema sumamente sensible”.
Carlos Davis
Fuente:
Fundación Creer y Crecer