Además agregó: “Hoy tenemos
un lugar para que los
vecinos paseen, se
encuentren y recuperen el
placer de disfrutar de una
zona largamente postergada.
Hay que trabajar siempre muy
cerca de los ciudadanos,
porque son los que mejor
conocen las necesidades del
barrio”.
La obra pendiente: el
soterramiento del tren
El soterramiento contempla
en su primera etapa la
excavación de un túnel de
siete kilómetros, con cuatro
vías, para así eliminar
todos los cruces
ferroviarios a nivel, tanto
vehiculares como peatonales,
que parten en dos a la
ciudad, causando no sólo
accidentes graves sino
también grandes
congestionamientos de
tránsito.
El tren sería por lo tanto
un subterráneo, y los
terrenos que quedaran libres
por sobre el túnel pasarían
a formar parte de un
formidable espacio verde
conocido con el nombre de
corredor verde del oeste.
La obra fue originalmente
anunciada por Aníbal Ibarra
el 15 de agosto de 2001,
marcando una revolución
desde el aspecto urbanístico
ya que se ganaba una
superficie verde de 75
hectáreas, generándose un
colosal pulmón que
atravesaría la ciudad.
Técnicamente, los terrenos
por los que circulan los
ferrocarriles son de la
nación, aunque los mismos
puedan estar ubicados sobre
la ciudad de Buenos Aires o
a través de la provincia,
razón por la cual parte del
financiamiento de la obra le
corresponde al estado
nacional y el resto a los
estados municipales que se
verían beneficiados por la
obra.
Según un informe elaborado
por Trenes de Buenos Aires (TBA),
concesionario del Sarmiento,
desde el 2005 se constataron
más de mil muertes, tanto en
pasos habilitados como
clandestinos. El mismo
informe señaló que hubo
12.401 trenes atrasados,
10.354 cancelados y 923
horas con servicio
interrumpido desde el mismo
año.
Con las obras terminadas, se
supone que habrá un servicio
cada tres minutos y un lapso
de 45 minutos en el viaje
entre cabeceras, contra la
situación actual de un tren
cada ocho minutos y una hora
de viaje entre Once y
Moreno.
Carlos Davis