El estudio estuvo realizado
con el propósito de
contribuir al desarrollo y
fortalecimiento de la
Responsabilidad Social
Empresaria (RSE) desde la
perspectiva de la sociedad
civil. En este sentido
abarcó la problemática de
los talleres clandestinos y
la precarización del sector
de la confección dentro de
la industria de
indumentaria.
De acuerdo a la información
obtenida, podemos anticipar
lo siguiente:
Se
estima que la industria de
indumentaria representa el
25% del trabajo no
registrado en el país,
especialmente por el sector
de la confección.
Hay
un alto grado de
tercerización en la
confección y falta de
control por parte del
Estado.
El
80% de la industria está
representado por pymes de
entre 5 y 7 empleados, con
alto grado de informalidad
en el trabajo
Se
trata de un sector que
registró un movimiento en el
comercio de las prendas por
u$s 5.000 millones en 2005.
No hay estadísticas acerca
de los talleres
intermediarios que sostienen
la industria y que conforman
un amplio espectro del
sector. Son indispensables
en la cadena de valor y “son
incontrolables” según la
mayoría de los
entrevistados.
Al respecto, el INTI es el
organismo que ha demostrado
un real interés e
intercomunicación con todos
los actores para lograr un
cambio y está desarrollando
la certificación de
Comportamiento Socialmente
Responsable para las
empresas que quieren
diferenciarse.
La problemática de los
talleres clandestinos está
íntimamente ligada al
tráfico y trata de personas.
Hay 130.000 inmigrantes
bolivianos en esta
situación, pero también un
elevado nivel de trata
interna, con denuncias de
argentinos explotados al
nivel de los bolivianos.
Dos leyes regulan las
relaciones dentro de la
cadena de valor: la Ley de
Trabajo a Domicilio rige
entre marcas-empresas y
talleres (no se cumple), y
la Ley de contrato de
trabajo rige entre
talleristas y sus empleados.
Existe una violación de
protocolos internacionales
en relación a los
compromisos tomados por
Argentina con las Naciones
Unidas.
Y existió durante años un
vacío legal respecto a los
responsables de cada
jurisdicción para llevar
adelante la inspección de
los talleres en función de
la Ley de Trabajo a
Domicilio. Recién en enero
de este año se firmó un
convenio entre la Ciudad de
Buenos Aires y la Nación,
otorgando así toda la
potestad de control sobre
los talleres a la Ciudad.
Sin embargo, todavía está en
evaluación de la Legislatura
porteña y no hay
coordinación entre las
jurisdicciones ni clara
supervisión para evitar el
traslado de los talleres
clandestinos luego de ser
sancionados.
Los actores consultados
coinciden en que las
soluciones propuestas hasta
el momento fueron “manotazos
de ahogado” pero que no hubo
una política integral. Y
todos fueron capaces de
afirmar que en el sector se
conocen muy bien las mafias,
por lo que señalan la
necesaria connivencia del
poder político argentino y
boliviano en este sentido.
La Organización
Internacional de
Migraciones, el Inadi y la
Defensoría del Pueblo
lograron un trabajo conjunto
de gran alcance, canalizando
las denuncias y asistiendo a
las víctimas del trabajo
esclavo. Esto hizo que se
posicionara el tema en la
agenda pública y de
gobierno.
El 60% de los casos de
tuberculosis, que aumentó
significativamente el último
año, corresponde a
bolivianos costureros que
presentan casos muy
avanzados. No se atienden
por el temor a la denuncia y
posterior clausura del
taller donde trabajan.
Invitamos a la presentación
del estudio que se realizará
el próximo Martes 29 de mayo
a las 11 hs, con la
presencia de distintos
actores de la cadena de
valor de la industria de la
indumentaria. El encuentro
se realizará en la Unión de
Trabajadores Costureros en
Directorio 3998, barrio de
Floresta.
Mariana Cremona
mariana.cremona@interrupcion.net
TE: 4802-9200 / 15-5133-2375