"La
liberación no es
automática", aclararon los
camaristas Gabriel Cavallo y
Eduardo Farah, quienes
tienen el caso luego de que
la investigación se
reabriera en agosto del
2003, cuando
el Congreso Nacional anulara
las leyes de Obediencia
Debida y Punto Final.
Según las investigaciones,
los CCDyT no funcionaron
simultáneamente, sino que a
medida que uno cerraba otro
era abierto. De tal forma
primero existió
“El Atlético” (Paseo Colón,
San Juan, Azopardo y
Cochabamba) desde mediados
de 1976 a diciembre de 1977.
Al demolerse el lugar por
las obras de la autopista
los captores junto a los
detenidos son llevados hasta
“El Banco” (Autopista
Ricchieri y el Camino de
Cintura, en Puente 12). En
agosto de 1978 la gente de
El Banco es trasladada hasta
"El Olimpo".
Cavallo
y Farah trabajan sobre la
hipótesis de que Rolón
habría establecido un
contacto estrecho con varias
de las personas que aún
permanecen desaparecidas. De
ser esto cierto sabría el
lugar en el que habrían sido
sepultadas, o al menos la
suerte que cada una de las
víctimas habría corrido.
Si esta información es
cierta, el hecho de dejar a
Rolón en libertad implicaría
correr el riesgo de que éste
pudiera, por un lado, eludir
la acción de la justicia, o
al menos que trabajara para
entorpecer la investigación
a fin de evitar que se
conozca el destino real de
las víctimas.
Carlos Davis