Este cambio de paradigmas
propiciaría el respeto y
consideración hacia la vida,
tanto
propia como ajena.
La situación en materia de
Seguridad Vial reviste una
importancia (y gravedad) tal
que tornan imprescindible su
inclusión en la agenda de
cuestiones prioritarias
relacionadas con la
ejecución de políticas de
seguridad pública.
Para potenciar este concepto
podemos decir que los
accidentes de tránsito
constituyen la causa
principal de muerte entre
los adultos menores de 36
años. El grupo de víctimas
mayoritario lo conforman los
peatones. Obviamente, el
problema no es sencillo, y
obedece a una multiplicidad
de factores de los cuales
muchos son manejables,
operables, es decir,
pasibles de una influencia
externa que los alcance a
modificar.
Apoyándonos en esta mirada
podríamos decir que muchos
de los llamados "accidentes"
no serían tales ya que
obedecen a causas evitables
y no a factores aleatorios.
Analicemos pues las
principales cuestiones que
confluyen para desencadenar
un siniestro de tránsito:
Conductas
de trasgresión: "la norma
es algo externo, ajeno, un
ente al cual no suscribo y
por lo tanto no
necesariamente obedezco".
Deficientes
conocimientos en Seguridad
Vial: no existen
campañas efectivas para
socializar las principales
normas existentes ni para
lograr difundir las lógicas
de las conductas de
prevención.
Poca
presencia del estado:
cuando existe una fuerte
vigilancia y penas severas y
efectivas las conductas, en
general, tienden a hacerse
mas cuidadosas (necesidad de
aumentar los controles de tránsito y de alcoholemia).
Deficiente
verificación vehicular:
si bien el parque automotor
que circula por nuestra
ciudad es bastante moderno,
no existen medidas de
control sobre el estado
general de las unidades.
Pobre
infraestructura vial:
calles en malas condiciones,
mal señalizadas o con
deficiente iluminación
pueden ser propiciadoras de
siniestros.
Aumento
de la actividad económica:
a raiz de la reactivación
comercial e industrial de
los últimos años, el caudal
de tránsito ha aumentado
incrementando los riesgos de
accidentes.
Aumento
del parque automotor: la
misma reactivación ha
producido un cierto
bienestar económico que se
refleja en el aumento de las
unidades circulantes.
El primero de los items
señalados, la característica
trasgresora de los
individuos de nuestra
sociedad, es una de las
causales más difíciles de
modificar ya que se apoya en
hábitos y posturas
íntimamente ancladas en la
conducta cotidiana.
La "norma" no siempre es
agradable de seguir, de
acatar, pero en la medida
que maneja mi relación con
"el otro" y sirve para
regular la conflictividad de
este intercambio, debe ser
respetada.
"El otro" es tan importante
como "yo".
"Yo" soy "el otro" para él.
En la medida de que esto no
se vea, no se asuma, la
desaprensión seguirá siendo
moneda corriente en los
intercambios sociales.
En este contexto la escuela
posee un enorme peso
estratégico ya que es capaz
de desarrollar en los niños
y jóvenes una lógica
diferente a la establecida,
un pensamiento que considere
primordial el cuidado de la
vida, de ciertos valores, de
las normas, la solidaridad,
y también sobre la
responsabilidad que tienen
las personas sobre cada acto
generado.
Datos de interés
1.000.000
de autos residen en la
ciudad
1.600.000
autos ingresan cada día
desde el Gran Buenos Aires.
Durante
el año 2006 se incrementó la
cantidad de accidentes de
tránsito y el número de
lesionados, aunque decreció
el número de víctimas
fatales.
En
la ciudad existen 3.600
semáforos. Esta cifra se
incrementa anualmente en
alrededor de 100 unidades.
Se
estima que con 3.000
semáforos y una buena y
responsable actitud, una
ciudad como la nuestra
debería desenvolver su
tránsito diario con
corrección.
Para pensar
El tránsito, la calle, son
los lugares donde se ve la
forma en que se relacionan
entre si las personas. La
agresividad, el apuro y el
desprecio por el otro deben
ser rasgos a trabajar por
cualquier plan de Seguridad
Vial que pretenda cambiar la
historia de manera
profunda y definitiva.
Carlos Davis