La presentación judicial
alcanza también a la firma
Textil Delos S.A., quien se
encargaba de recibir
trabajos de las marcas
apuntadas y los realizaba en
talleres clandestinos (Av.
Cobo 1821, Av. Juan Bautista
Alberdi 4619, Zelarrayán
1855, Magariños Cervantes
2839 y Martínez Plácido
2059) donde trabajadores
extranjeros, generalmente
indocumentados,
desarrollaban su tarea bajo
condiciones degradantes de
higiene y seguridad laboral.
“Hay muchos talleres que se
están mudando a otras
jurisdicciones –explicó
Rodríguez- y por eso hemos
firmado convenios con La
Nación y con la Provincia de
Buenos Aires que deben ser
ratificados por la
Legislatura de la Ciudad,
pero ya estamos trabajando
en conjunto.”
El Ministro también anticipó
la conformación de una
cooperativa de trabajo que
pudiera recibir y emplear a
todos los trabajadores cuyo
ingreso se vea suspendido
debido al cierre de los
talleres clandestinos donde
venían desempeñando su
labor.
La defensora del Pueblo de
la Ciudad de Buenos Aires,
Alicia Pierini, informó por
su parte que la entidad que
encabeza viene trabajando
mancomunadamente con la
Subsecretaría de Trabajo,
con el Ministerio de
Producción y con la
Cooperativa La Alameda “para
lograr el desbaratamiento de
esta modalidad de trabajo
basada en la explotación que
ofende los derechos humanos
y que permite mantener los
precios bajos en el rubro
textil.”
Gustavo Vera, titular de la
Unión de Costureros dijo:
“una prenda que se vende al
público en $120 se le paga
$4 pesos al tallerista y
sólo algunos centavos al
operario. Esta tarea para
desbaratar la red de
producción ilegal debe
seguir a fin de lograr que
la gente trabaje en
condiciones dignas y que
cese la evasión impositiva”.
Cabe recordar que
anteriormente el Gobierno
porteño había denunciado
ante la justicia y por
motivos similares a las
empresas Kowsef S.A. (Kosiuko),
Check S.A. (Cheeky) y Gilmer
S.A. (Soho).
Desde enero de 2006 se
recibieron 2702 denuncias
sobre talleres clandestinos,
disponiéndose la clausura de
713 locales.