El ex CCDyT estuvo bajo
jurisdicción nacional hasta
que el día 8 de junio del
año 2005 fue transferido a
la órbita porteña en
cumplimiento del convenio
firmado por el Presidente de
la Nación,
Néstor Kirchner,
y el entonces Jefe de
Gobierno Aníbal Ibarra, el 4
de octubre del 2004.
El lugar, que ocupa la
manzana limitada por las
calles Fernández, Rafaela,
Olivera, Ramón L. Falcón y Lacarra, tuvo desde su
pasaje a la ciudad una
actividad variada aunque no
demasiado profusa.
Creo que es fundamental
el mantenimiento del Olimpo
como sitio de la memoria,
para que las generaciones
futuras conozcan, recuerden,
el horror que se vivió en su
interior, la infamia que no
deberá repetirse.
Sin embargo también creo que no es
necesario mantener toda su
superficie para lograr este
cometido. Pensamos que una
forma de rendir tributo a
los que pasaron por su
interior y sufrieron la
tortura y la muerte es
apostando a la vida, a la
formación de niños y jóvenes
en los valores de la
democracia y el derecho, a
la capacitación que logra
individuos críticos pero a
la vez autónomos, preparados
para luchar con armas
propias en el difícil
mercado laboral, convertidos
en sujetos de derecho que
sepan reclamar lo que les
corresponde, liberados del
cautiverio que significa la
desesperanza, con planes por
cumplir, con sueños por
realizar, con el empuje que
los proyecte más allá de la
dádiva, del plan social, de
la limosna.
Creo que la escuela en
tal sentido tiene un valor
estratégico notable. Fue la
institución que durante
siglos se encargó de
reproducir la cultura, de
mantener lo establecido, de
disciplinar (en el sentido
social del término) a los
jóvenes. En este momento
singular la escuela tiene un
rol muy diferente. Es quizá
la última institución en
pie, que aunque con cambios
y adaptaciones, puede aun
operar sobre la trama social
para lograr la formación de
hombres y mujeres libres.
Desde esta mirada, la
escuela ya no mantendría lo
establecido sino que se
transformaría en un factor
de cambio.
Creo que este rol social
debe ser valorado, debe ser
visto y considerado por los
que creen que El Olimpo
debiera conservarse como
está.
Es útil reproducir uno de
los párrafos finales de los
fundamentos sobre los que se
apoya y sustenta el
proyecto:
"La comunidad de Floresta,
próximos al centro de
detención “El Olimpo”,
preocupados y ocupados por
la historia y el destino de
este espacio, reconocen que
es absolutamente justo
conservar un espacio
destinado a la memoria de lo
ocurrido aquí,
fundamentalmente para hacer
honor a los caídos y para
evitar definitivamente que
se repitan, en nuestro país,
hechos como los vividos.
Pero también pensamos que el
mejor homenaje que podemos
hacer sobre todo a los que
perdieron su vida allí,
donde hubo muchísimos
jóvenes, es restablecer la
memoria de ellos a través de
un espacio productivo y
reconciliador con nuestra
juventud y la sociedad toda,
para la educación de nuestro
pueblo".
"La Floresta" apoya por las
razones expuestas el
proyecto que propone
transformar a una parte del
ex CCDyT "El Olimpo"
en un bien social en el que
se promueva la educación, la
memoria y el
pensamiento en sus múltiples
manifestaciones.
Carlos Davis