Las crónicas de la época
cuentan que la locomotora de
la formación, La Porteña,
cubrió el trayecto adornada
con flores.
Personalidades ilustres como
Alsina, Sarmiento y Mitre
fueron pasajeros de su viaje
inaugural.
Al cumplirse el primer
centenario de la llegada del tren a Floresta, La Porteña volvió a
lucirse, engalanada, sobre las vías de su primer viaje. Una verdadera
muchedumbre contempló emocionada su paso, al tiempo que su poderoso
silbato los saludaba victorioso.

La locomotora dejó de
prestar servicios en 1890 y
en la actualidad se exhibe
en el Complejo Museográfico
Enrique Udaondo de la ciudad
de Luján.
A punto de cumplirse el 150º
aniversario de aquel primer
viaje, la Porteña está
siendo sometida a una
minuciosa tarea de
reacondicionamiento por dos
expertos que, robándole
tiempo a su descanso y sin
cobrar un solo peso por
ello, están poniendo en
valor a esta pieza que
sufrió el deterioro
provocado por el paso del
tiempo y la desidia de los
funcionarios indolentes.
Leonardo y Maximiliano,
recuperadores de máquinas
antiguas, debieron esperar
ocho años para que su pedido
de intervención fuera
escuchado. El actual
director del museo, Roberto
Grin, fue el que finalmente
dió el visto bueno para que
la dura tarea comenzara, de
esto hace ya seis meses.
En la actualidad se están
ocupando de la parte
mecánica, la cual estaba en
pésimas condiciones,
principalmente por el
deterioro causado por la
inundación del año 1986.
Los expertos trabajan en
"su" máquina unos tres días
a la semana. La tarea sobre
la "estética" de la Porteña
vendrá luego, una vez que
"los fierros" estén puestos
a nuevol.
El plan de restauración
apunta a terminar las tareas
de puesta en valor para el
mes de agosto. En ese
momento se realizará una
exposición en la Sociedad
Rural Argentina, que contará
con la presencia de
distintas locomotoras a
vapor.
La intención oficial es la
de llevar a “La Porteña”
hasta la ciudad de Buenos
Aires para ponerla en
funcionamiento en el Día del
Ferroviario, en el
cumpleaños de Floresta.
La idea de los recuperadores
es que la Porteña no vuelva
a sumirse en el sueño del
olvido una vez que la fecha
y el festejo pasen. El plan
que tienen en su cabeza es
lograr que el intendente
finalmente apruebe la
realización de un pequeño
trazado, de una vía de unos
400 metros que le permitan a
nuestra querida máquina
mantenerse en forma para
alegría y gozo de los
visitantes.
Carlos Davis
Fuente: Diario
"El Civismo"