En esta línea discursiva es 
                                                    bueno traer a cuenta el 
                                                    pensamiento de Roberto 
                                                    "Tito" Cossa , dramaturgo, 
                                                    expresado en un suplemento 
                                                    "Ñ" del año 2004:
                                                    
                  
             El 
                                                    teatro de arte es siempre 
                                                    rebelde. Y por eso es 
                                                    siempre político. Cuando le 
                                                    toca, le pone el pecho al 
                                                    autoritarismo; en tiempos de 
                                                    bonanza institucional se 
                                                    enfrenta al mercantilismo, a 
                                                    la banalidad y al mal gusto. 
                                                    Y en todos los casos 
                                                    necesita romper con las 
                                                    modas. Es decir, hace 
                                                    política.
 
                  
                  
                  	 El 
                                                    teatro de arte es siempre 
                                                    rebelde. Y por eso es 
                                                    siempre político. Cuando le 
                                                    toca, le pone el pecho al 
                                                    autoritarismo; en tiempos de 
                                                    bonanza institucional se 
                                                    enfrenta al mercantilismo, a 
                                                    la banalidad y al mal gusto. 
                                                    Y en todos los casos 
                                                    necesita romper con las 
                                                    modas. Es decir, hace 
                                                    política.
                                                    
                  
             Durante 
                                                    más de cincuenta años el 
                                                    teatro aprovechó los 
                                                    espacios más o menos 
                                                    estrechos que la censura le 
                                                    dejaba y habló. A veces en 
                                                    voz alta, otras susurrando. 
                                                    Y se hizo dueño de la 
                                                    metáfora. Se creó en ese 
                                                    tiempo una complicidad entre 
                                                    teatristas y espectadores 
                                                    que se terminó en diciembre 
                                                    de 1983. Y también se 
                                                    terminaron muchos 
                                                    espectadores. Ocurrió que, a 
                                                    partir de ese momento, todos 
                                                    hablaron...
 
                  
                  
                  	 Durante 
                                                    más de cincuenta años el 
                                                    teatro aprovechó los 
                                                    espacios más o menos 
                                                    estrechos que la censura le 
                                                    dejaba y habló. A veces en 
                                                    voz alta, otras susurrando. 
                                                    Y se hizo dueño de la 
                                                    metáfora. Se creó en ese 
                                                    tiempo una complicidad entre 
                                                    teatristas y espectadores 
                                                    que se terminó en diciembre 
                                                    de 1983. Y también se 
                                                    terminaron muchos 
                                                    espectadores. Ocurrió que, a 
                                                    partir de ese momento, todos 
                                                    hablaron...
                                                    
                  
             Ya 
                                                    no había que ir al teatro 
                                                    para escuchar la palabra 
                                                    oculta. El cine, la 
                                                    televisión, el periodismo, 
                                                    el libro, descargaron sus 
                                                    verdades contenidas y ni la 
                                                    exclusividad de las puteadas 
                                                    le dejaron al escenario. 
                                                    Pareció que esta vez sí el 
                                                    teatro de arte iba a quedar 
                                                    arrinconado. Pero no. 
                                                    Acomodó sus huesos una vez 
                                                    más y recuperó una vitalidad 
                                                    notable. Al perder las 
                                                    muletas que privilegiaban el 
                                                    contenido sobre las formas 
                                                    los teatristas entendieron 
                                                    que había llegado el tiempo 
                                                    del oficio, así como hubo un 
                                                    tiempo del mensaje.
 
                  
                  
                  	 Ya 
                                                    no había que ir al teatro 
                                                    para escuchar la palabra 
                                                    oculta. El cine, la 
                                                    televisión, el periodismo, 
                                                    el libro, descargaron sus 
                                                    verdades contenidas y ni la 
                                                    exclusividad de las puteadas 
                                                    le dejaron al escenario. 
                                                    Pareció que esta vez sí el 
                                                    teatro de arte iba a quedar 
                                                    arrinconado. Pero no. 
                                                    Acomodó sus huesos una vez 
                                                    más y recuperó una vitalidad 
                                                    notable. Al perder las 
                                                    muletas que privilegiaban el 
                                                    contenido sobre las formas 
                                                    los teatristas entendieron 
                                                    que había llegado el tiempo 
                                                    del oficio, así como hubo un 
                                                    tiempo del mensaje.
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    Taller de teatro 
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    Será abierto y gratuito, 
                                                    realizándose en el ex Centro 
                                                    Clandestino de Detención y 
                                                    Tortura "El Olimpo" (R. L. 
                                                    Falcón y Av. Olivera).
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    Días y horarios
                                                    
                                                    
                                                    Todos los Miércoles de 20:00 
                                                    hs a 22:00 hs (desde Mayo 
                                                    hasta Noviembre). 
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    Inscripción
                                                    
                                                    
                                                    Se realizará previamente, 
                                                    los días miércoles de 19:00 
                                                    hs a 20:30 hs en El Olimpo. 
                                                    Los cupos son limitados.
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    Tel.: (011) 15-40571614
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    Inscripción vía e-mail: 
                                                    tallerteatroolimpo@yahoo.com.ar
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    
                                                    Organizan
                                                    
                                                    
                                                    Vecinos por la Memoria 
                                                    Olimpo-Orletti
                                                    vecinosporlamemoriaolimpo@yahoo.com.ar 
					
					 Carlos Davis