Entre los años ’40 y ’70, se produjo una profunda
transformación tecnológica en los elementos de uso
doméstico.
El hierro, el bronce, la madera, la baquelita y el
vidrio, componentes principales de los aparatos hogareños de
los inicios del siglo XX, fueron reemplazados por elementos
más baratos y livianos como el aluminio y los
termoplásticos, haciendo a radios, estufas, máquinas de
escribir o tocadiscos, más livianos, manipulables y
económicos.
La electricidad, usada en principio básicamente para
iluminación y calefacción, comenzó a aprovecharse para hacer
funcionar cada vez más dispositivos personales y del hogar,
los que dejaron de ser manuales para convertirse en
eléctricos, tal el caso de planchas, afeitadoras, batidoras
o relojes.
La invención del transistor, por su parte, revolucionó el
mundo de la electrónica, en tanto no solo mejoró la
confiabilidad y la calidad de los circuitos de audio, radio
o televisión, sino que también contribuyó a hacer artefactos
más chicos, menos frágiles y más baratos.
Muchos aparatos -como grabadores y cámaras fotográficas o
filmadoras- hasta entonces reservados para uso profesional,
fueron incorporados a las actividades recreativas familiares
o individuales y así como esos años se caracterizaron por la
explosión de los electrodomésticos, también fueron el
momento de popularización de los dispositivos para
entretenimiento.
Fue, en resumen, un periodo de grandes cambios: se pasó
de escuchar discos de pasta mono, a escuchar vinilos en
estéreo; de grabar audio en alambre, a grabarlo en cassette
y de seguir a “Los Pérez García” con la radio del combinado,
a ver a “La familia Falcón” por televisión.
Radio portatil
La primer radio portátil comercial fue la Regency TR-1
(1954) de Texas Instruments. La forma de construirlas cambió
pues empleaba transistores en lugar de los tubos de las
demás radios preexistentes. La radio se popularizó y al
volverse portátil generó un punto de quiebre en la historia
de nuestro desarrollo tecnológico, salvando las distancias,
significó un avance equiparable al de la actual Internet.
La fabricación masiva de la radio a transistores recién
comenzó en el año 1955, llegando al record de más de un
millón de receptores en diciembre de 1964, correspondiendo
el mayor porcentaje de dicha producción al famoso modelo
Spica ST 600, que fuera exportado a todo el mundo.
Sintonizaba exclusivamente emisoras de AM (amplitud
modulada), o lo que en ese tiempo se denominaba onda larga.
Llevaba 4 pilas AA de bajo rendimiento, y cubría la banda
de 535 a 1605 khz. La recepción era muy buena y el sonido
nítido. Por las noches, con buen clima y la Ionósfera
despejada, se podían sintonizar emisoras del interior,
algunas de Uruguay que siempre nos contarían la verdad de lo
que ocurría en Argentina, cosa que durante las épocas de la
represión y la guerra nos permitía estar mejor informados.
La afeitadora eléctrica
El inventor de la maquinilla eléctrica fue el
estadounidense Jacob Schick. Schick había detectado la
incomodidad que suponía el afeitado con cuchilla cuando no
se disponía de agua o jabón por lo que se propuso inventar
un aparato para el afeitado en seco. El año 1931 lanzó su
primera maquinilla pero con escaso éxito. Sin embargo, su
ánimo no decayó y en 1937 consiguió vender casi dos millones
de aparatos en Estados Unidos, Inglaterra y Canadá.
En los años 1940 Remington Rand presentó la primera
maquinilla con dos cabezales que fue la avanzadilla de las
maquinillas con cabezales múltiples. Fue también Remington
el que lanzó la primera maquinilla diseñada para la
depilación del vello femenino.
Otro importante inventor fue el profesor Alexandre
Horowitz, de los laboratorios Philips en Holanda, que
inventó el muy popular concepto de la maquinilla basculante.
La maquinilla es accionada por un pequeño motor y tiene
un cabezal con cuchillas que cortan el pelo que entra por
unos orificios a nivel de la piel. Puede conectarse a la red
eléctrica o utilizar pilas desechables.
La
muestra y sus horarios
Del 16 de junio hasta el 28 de agosto de 2016
(todos los días de 11 a 18 horas) con entrada libre y
gratuita, en el Museo de la Ciudad (Defensa 223, PB).
La muestra
comprende más de 100 reconocidos, representativos y hasta
icónicos aparatos y dispositivos de uso doméstico y personal
del período comprendido entre 1940 y 1970, conociendo así
algo de los gustos, hábitos de consumo y aspectos de la vida
de aquellos años.
Carlos Davis
Fuente: Prensa
Museo de la Ciudad